Aviso de utilidad pública

Al final de la barra derecha se encuentran algunos términos rusos que se usan en la historia y otros tantos ingleses. Además de dos breves listas, la primera de los personajes principales y la segunda, de personajes secundarios. O bien, puedes efectuar una búsqueda dentro del blog a través de TechnoRati

sábado, junio 02, 2007

Atando cabos sueltos

Mi estilo de vida es caótico, desde que descendí a este mundo del espionaje y el contra espionaje, mi vida ha sido así y, con cierto pesar, presiento que siempre será, simplemente caótica. O quizás desde antes, quizás esta inseguridad con la que me encuentro día a día viene de antes, de cuando pasaba una semana en un orfanato, un mes en otro y luego de vuelta a las calles, hasta que me pillaban y me obligaban a regresar, quizás desde mi "tierna" infancia he llevado una vida caótica entre mis manos, como un jarrón frágil a punto de resbalar y quebrarse en mil pedazos. Quizás, pues la verdad es que no lo sé. Es por esto que mi vida está llena de cabos sueltos, de historias sin terminar, de cuentos que nunca han tenido la oportunidad de acabar, ni bien ni mal, simplemente no ha habido un narrador omnisciente que diga "se acabó, el fin", no hay pantalla final que pinte con grandes letras blancas sobre el fondo negro "The End".

Y de esta manera también escribo, dejando cabos sueltos por todos lados, no bien terminando una historia para empezar otra, enredándome en vidas ajenas para continuar la propia. Así que hoy, en este escrito, trataré de esclarecer algunos misterios o, al menos, trataré de explicar lo que ha sido de mí en los últimos tres meses.

Partamos por el cabo más suelto de todos. Se preguntarán qué fue de la carta en blanco, si es que se acuerdan de ella, por poco y yo me olvido de ella, de no haber sido por lo que sobrevino un mes después y me obligó a cambiar de residencia... pero me estoy adelantando en la historia, partiré justo donde quedé antes: luego de enterrar el sobre y su contenido.

Inicié una serie de acciones para pedir ayuda a Sasha, la primera fue publicar en la sección de los clasificados del New York Times un pequeño anuncio que decía así: «Se necesita panadero con experiencia en St.Louis. Fono: 555-891.411.4818». Mi respuesta llegó en otro aviso clasificado: «Banda de rock busca baterista para hacer covers de The Clash. Audiciones al 555-814.518.7598» y así seguimos por poco más de una semana, siguiéndonos el rastro en distintos diarios, hasta finalmente concretar una cita en Internet, en donde él quedó de hacerme saber el día y la hora de su llegada, en un diario local.

«"El cuervo encorvado" necesita garzón con experiencia, debe ser mayor de 25. Fono 2203757». Había una taberna a la que solíamos ir en Moscú que tenía ese nombre "El cuervo encorvado". Sasha llegaría el 25 en el vuelo 235.

Partí entonces aquel 25 de febrero hacia Santiago a recoger a Sasha, llevaba casi tres años sin verle y prácticamente sin saber de él, revisaba todos los días nuestros diarios de preferencia en donde nos dejábamos mensajes y de vez en cuando me cruzaba con "accidentes" que gritaban SPETSNAZ. A veces me preguntaba qué sería de él, que sería de Botvin, de Nadia, de Marguerite, pero rápidamente esas divagaciones eran reemplazadas con la profunda concentración. Concentración en lo que fuese que estuviese haciendo en aquél momento, pues verán, para sobrevivir siendo quien soy yo, hay que estar alerta siempre, sin excusas, sin recuerdos, sin apegarse a nada ni a nadie. Y así, en profundo estado de concentración revisé mi casa varias veces en busca de equipo de vigilancia, para luego dejarla cerrada y asegurada. Agarré el jeep y me fui a Santiago.

Me estacioné en la penumbra de la madrugada, esperando a las siete de la mañana, bajé la ventanilla del auto que había rentado y prendí un cigarro, dejé que el humo me llenara los pulmones mientras hacía correr por mi cabeza mis recuerdos, como si de una proyección se tratara, en orden cronológico todos aquellos instantes que han marcado qué y quién soy hoy. Sin tener mucha conciencia de ello, el cigarro se consumió a sí mismo y al poco rato mi alarma sonó. Eran cinco para las siete. Di vuelta la llave hasta la posición de "apagado" y me bajé, le eché llave al cerrojo y partí hacia la entrada principal del aeropuerto. Un cartel inmenso casi en la entrada anunciaba las salidas y las llegadas. El vuelo 235 desde Copenhagen, Dinamarca, venía a la hora. Me ajusté el bolso que llevaba al hombro y chequeé que la visera del gorro me cubriera bien la cara, no era mi intención dejar mi perfil registrado en las cámaras de seguridad. Con toda seguridad sabía que no me buscan en ninguna parte del mundo, al menos no las agencias internacionales oficiales, pero los asesinos a sueldo, esa es otra historia.

**

"Privet"

Nos abrazamos y le ayudé a cargar las maletas. Su rostro había cambiado un poco, se le veía un poco más maduro, más viejo tal vez. El rubio de sus cabellos estaba escondido bajo un tinte castaño, un bigote adornaba su cara de una manera muy peculiar, por decir lo menos. Me sonreí un poco, casi haciendo una mueca y traté de seguir la conversación en un tono perfectamente natural.

"¿Cómo estuvo tu vuelo?"

"Mmm, largo, como siempre... ¿te estás riendo de mi?"

"No" Miré hacia otro lado y por ello me llevé un suave golpe en la nuca.

"Gde zdes tualet?"

"En español por favor, o al menos en inglés, te recuerdo que estamos de encubierto"

"¿Y bien?"

"Lógico que hay baño en algún lado, pero lo que yo quiero es salir de acá lo antes posible, después pasamos a alguna bencinera"

"Si tú lo dices..."

Nos subimos al auto, pagué el estacionamiento y partimos rumbo al centro de Santiago.

"¿No me vas a preguntar por ella?" Lo miré de reojo mientras ponía los intermitentes.

"No, pero ya que la mencionas..." Se sonrió.

"La vi hace un par de meses, en Suiza, está bien, Lenoir está cuidando de ella"

"¿Lenoir? Pensé que Lenoir estaba retirado"

"Lo está, pero por la cantidad de dinero que estás pagando para que la protejan..."

"Ajá... lo lamento, es que a veces se me olvida que el dinero mueve al mundo"

Pasamos al menos un minuto completo en silencio.

"¿Sergei?... pretendes parar en alguna bencinera ¿verdad? porque necesito ir al baño"

***

Ya en el centro de Santiago nos hospedamos en un hotel por unos cuantos días, pues Sasha no sólo venía a Chile por mí, también venía a investigar a una familia que venía en el mismo vuelo que él y, como era de suponerse, nos hospedábamos en el mismo hotel. Cosas del oficio.

"Entonces me dices que te llegó un sobre, por medio de tu vecino, una carta que estaba en blanco, que decía nada y además estaba limpia, sin rastreadores, venenos, nada. ¿Es eso?"

"En pocas palabras; sí"

"Y ¿quién crees que pudo haber sido?, porque esto fue claramente una señal, alguien te está enviando el mensaje de que sabe donde vives, sabe quien eres y cómo llegar hasta ti, la pregunta de fondo es para qué"

"Eso no lo sé y ahí es donde entras tú. Allá donde vivo, en Calama, todos creen que he ido a Argentina por una asunto de negocios, creen que soy un ingeniero trabajando para CODELCO"

"Y se puede saber para quien estás trabajando en realidad... porque tú ¿de ingeniero? no... ingeniero del desastre puede ser, pero ciertamente no de CODELCO"

"No lo sé con exactitud, me pagan por entregar informes regulares sobre el movimiento de los camiones, del paso de algunos aviones, ya sabes lo de rutina cuando se está planeando un robo a gran escala, me contrataron a través de un español"

Sasha me miró un poco extrañado y cerró la boca, al poco rato me hizo una seña que significaba que se tenía que ir y me dejó solo con mis pensamientos en la barra.

A los pocos días, menos de una semana, nos fuimos a Calama y allí Sasha llenó mi casa de micrófonos y otros artilugios de vigilancia, lo que no sabíamos era que esa misma noche llegaríamos al mismo fondo de la cuestión. O lo que en ese momento creímos era el fondo de la cuestión.

****

De madrugada, pasada las cuatro, Sasha y yo conversábamos en el living, el vodka y los cigarrillos fluían generosamente por nuestros torrentes sanguíneos.

"No termino de entender por qué me llamaste, no era necesario, estás en un pueblo pequeño, la gente es muy confiada, te creen un ingeniero… en verdad te creen y además, pudiste haber hecho esto solo, yo soy más una carga y una falla en tu cubierta, que una ayuda"

"Lo sé, sin embargo había algo que me decía que esto es algo más, no te lo puedo explicar, no es una idea racional concebida y nacida de la racionalidad, es... es..."

"¿Una corazonada?"

"Exacto. Un presentimiento, algo me dice que algo grande va a suceder"

Y sucedió.

Al poco rato, mientras nos preparábamos para ir a dormir, uno de los sensores detectó movimiento en el patio trasero, Sasha desenfundó su Glock 19 y apuntó hacia la puerta de la cocina. Mientras, yo observaba de reojo los monitores y empuñaba mi Browning BDM. Estaba nervioso, no muy seguro si el alcohol me iba a acompañar o a traicionar. Un haz de luz rojo me pasó rozando la nariz al tiempo que Sasha negaba con la cabeza; los monitores estaban muertos y nosotros estábamos atrincherados, por no decir atrapados, en mi propia casa.

Aquella casa no es muy grande, es perfecta para un hombre que vive solo, o al menos así lo dijo la corredora de propiedades que me vendió el sueño americano cuando recién llegué a Chile. Entre la entrada de la cocina y la entrada principal hay espacio suficiente para un reducido juego de sillones, una mesita de centro y el comedor, que en mi caso consta de tres sillas y una mesa redonda llena de papeles y cajas de jugo vacías. Desde la entrada de la cocina se puede mantener un ojo en la entrada principal y el otro en la puerta que da al patio trasero. La cocina, como ya habrán adivinado, también es pequeña, pero acogedora, permite que tres personas se muevan dentro, apenas y tocándose los hombros, ahora, agregar un poco de agua hirviendo a la ecuación no sería lo más inteligente, pero con cuidado se puede hacer (y se ha hecho, cuando recién llegué a Calama, la vecina y su hijo vinieron a cocinar para mí, mientras yo miraba apoyado desde el refrigerador).

Las pocas luces que permanecían encendidas, habían comenzado a bajar su intensidad hasta apagarse y se notaba que había gente fuera.

"Van a entrar" Susurré.

"Veo a tres ¿tú?"

"Tres también"

La puerta principal hizo un nefasto "click" y cedió, en la cocina sucedía algo similar. Sasha, que tenía mejor visión, me hizo un signo para que me fijara en sus cabezas, traían puestos visores infrarrojos y no eran tres, eran cuatro. Acto seguido, nos agazapamos en el pasillo. Miles de cosas se me pasaron por la mente, visualicé un mapa de la casa y sus alrededores y traté de evaluar la mejor defensa. El vodka definitivamente me estaba traicionando, en eso, una idea. Le toqué el hombro a Sasha dos veces y partí a mi pieza. Que queda perpendicular a la línea imaginaria entre la cocina y la entrada principal. Volví con un desodorante en aerosol, una botella de vodka y un par de pañuelos. Sasha, apenas vio lo que traía entre manos, supo lo que iba a suceder.

Abrí la botella, empapé los pañuelos con el alcohol y los metí dentro, Sasha sacó su encendedor del bolsillo y contó hasta tres.

"Odin, dva, tri..."

Inmediatamente después Sasha dejó que el gas comenzase a escapar de la lata y prendió el encendedor. Mentalmente me despedí de mis paños de cocina y de lo que había sobrado de la cena.

Los intrusos gritaron de dolor, en primer lugar por la luz intensa que percibieron sus ojos, y en segundo, por el calor intenso que recibieron sus mejillas. Tiré mi bomba molotov improvisada, en contra de los intrusos que venían del living hacia nosotros, alertados por los gritos de los de la cocina.

"¡Aleksndr!" Grité.

Sasha dio un giro en 180° y dirigió la llamarada hacia el segundo grupo de mequetrefes, éstos, al verse cubiertos de una extraña sustancia, rápidamente intuyeron su destino y dieron un salto general hacia atrás, resultando así que Sasha sólo los dejó ciegos momentáneamente, al tiempo que yo retomaba el control en la cocina.

Los tipos iban bien vestidos, entiéndase por favor en el sentido militar, buenas botas, uniformes decentes, de negro, por supuesto, y bien armados, con intercomunicadores por debajo de sus no tan originales gorros negros.

Al tiempo que yo apuntaba a uno a la cabeza y su compañero me apuntaba a su vez a mí, otro de ellos, que terminaba apenas de frotarse los ojos, emprendió la retirada y con él, el resto, el tipo que me apuntaba a la cabeza retrocedió lentamente hasta desaparecer por la puerta. Respiré profundo al tiempo que el piso me parecía menos consistente de lo normal.

"¡Qué demonios!"

"¡Y me preguntas a mí! Tú me llamaste porque necesitabas ayuda, tú explícame lo que está sucediendo"

Le di una mirada que era mezcla de enojo y soberbia mientras seguía apagando con mi chaqueta los objetos que a paso lento se incendiaban en la cocina, Sasha hacía lo suyo con las cosas que se incendiaban en el living. Esta escena de silencio se extendió por no más de cinco minutos

Ya un poco más tranquilos, nos sentamos a pasar revista de nuestros haberes y prepararnos para la huida.

Los encapuchados habían llegado en un vehículo civil, algo así como un bus escolar, y en el mismo se habían marchado. Por lo tanto, sin más, nos quedamos Sasha, la soledad y yo.

A eso de las seis de la madrugada nosotros también nos íbamos, dejando atrás todo aquello que fuera innecesario. Todo rastro que pudiese indicar mi doble identidad fue borrado. Los archivos, las copias de mis informes, las agendas de contactos, las cuentas, todo iba en mi laptop, la misma con la que escribo ahora estas líneas. Y el resto, la ropa, los trastos de la cocina, las miniaturas de la feria artesanal, aquello que no comprometía mi identidad; lo dejamos atrás. Hicimos de la casa un verdadero desastre, un desastre que intentaba (y logró) aparentar un robo.

Sasha se llevó las cosas más importantes a un motel, para luego instalarse en La Serena. Yo, en cambio me quedé en la zona y por la tarde regresé a la casa, en donde ya estaba la policía registrando el lugar, mientras mi vecina miraba desde la calle y Jorge, su hijo trataba de calmarla.

"Ya mamá, si vamos a contratar la alarma hoy día mismo"

Me mostré afectado, desconforme con la situación y alegué que me iba a dormir a un motel mientras la policía procesaba la escena. Amenacé con que entregaría las llaves al día siguiente y así lo hice, después de todo, no era exactamente mi casa, si no más bien, era yo quien la arrendaba.

Estuve viviendo en la zona una semana más y después de cerrar ese capítulo de mi vida como ingeniero, me vine a Santiago, a un departamento que Sasha había preparado para mí. Durante todo este tiempo él se ha estado juntando con informantes y otros expatriados en busca de alguna pista que nos lleve a la mente maestra de tal operación. Nuestras conjeturas son vagas, pero estamos seguros, de que sea lo que sea, esto no es un intento de robar información, esto es algo personal y, lamentablemente, la lista de personas que pueden estar involucradas es larga. A través de Lenoir, un camarada francés, he conseguido pasaportes falsos y un manojo de nuevas identidades con las que pretendo mantenerme a flote mientras se aclara esta cuestión.

Por el momento, nuestra teoría más fuerte (dentro lo poco que tenemos para trabajar) es que Monsieur Bâtard por fin me ha encontrado. Al principio creíamos que la persona que me había contratado, el español, me estaba traicionando y me había vendido al enemigo, pero conforme la información sigue apareciendo esto va tomando cada vez más la forma de una vendetta… y dios sabe que M.Bâtard es un tipo vengativo.

Hasta aquí todo bien, cambio y fuera.

6 comentarios:

Lothar_Daisuke dijo...

wooo!!! la kagó!

lo encontré genial... muy rapido en algúnas partes, puede llegar a ser demasiado, pues dice muchas cosas en muy pocas líneas y te quedas atrás con la descripción de escena, pero de todos modos encontré que el capitulo está buenísimo.

algunos errores que encontré:

-el link de Monsieur Bâtard que sale al final está roto.

-en la parte "los tratos de la cocina, todo fue dejado atrás, hicimos de la casa un verdadero desastre, un desastre que intentaba (y logró) aparentar un robo."... no devería decir "los trastos de la cocina"??

-lo otro, que podrías darle un poco más de descripción a la escena de cuando asaltan la casa de Sergei... no sé.. está muy... resumida?

a pesar de todo, tu capitulo estresante²... quedó bueno, en serio ^^

besos y apapachos.

See ya

Lothar_Daisuke

Narkito dijo...

Gracias por tu feedback.

La verdad, es que hoy, releyendo este chap, me di cuenta de las mismas cosas que tú y aún cuando lo estuve revisando por casi 4 horas ayer, después de haberlo dejado descansar casi 30 no lo vi, concuerdo contigo en eso de la rapidez de algunas partes, creo que voy a dejar este post en draft y lo volveré a subier apenas haya resuelto aquellos detallitos, me parece que me apuré mucho, no sé...
en cualquier caso tu retroalimentación es siempre bienvenida.

Besos y apapachos para ti también.

Narkito.

Narkito dijo...

Ya estimado. Revisada, re-editada y mejorada...

(Hablando de servicio al cliente)

Cariños.

NOs vemos mañana para ir a vender sangre.

Anónimo dijo...

Wenasss... acabo de terminar de leer el ultimo capitulo que has escrito, ta demasiado bueno!!! BKN!!!... son bastantes lineas escritas, pero se me hicieron muy cortas, t digo lo mismo k al Joze, tu historia me transporta al lugar de los hechos!!! genial!!! Tienes una imaginacion impresionante, sigue asi!!! que asi como yo, muxa gente se puee interesar en la cronica y asi desconectarse x unos momentos de este mundo en el que vivimos...

Nueva% congratulations..!!! La dura que me gusto muxo!...

Salu2s... bye bye!!!

0sk@r¡ñ0^¨

Narkito dijo...

Gracias Oskariño!!

Me alegro que la historia cumpla su cometido, sacarnos de esta realidad y llevarnos al universo paralelo donde estas cosas está ocurriendo.

Una vez más gracias por seguir leyendo, yo seguiré escribiendo, mientras, te cuento (y a todo aquel que este leyendo este comment) que agregué dos nuevas secciones; la primera de personajes principales y la segunda de personajes secundarios, descubrí que a mi, que soy la que escribe e inventa tanta volada, se me confunden los personajes así que ni hablar los que leen, pensé yo. Por eso ahora, casi llegado al final de la barra de la izquierda están estas listas, lo más resumidas posibles con links a donde apareció tal o cual personaje por primera vez en el caso de los principales.

Y eso.

Me despido, no estaremos viendo virtualmente o antes si es que me voy a dar una vuelta por la U en estos días, ya que estoy en toma ¬¬

Saludos,
Narkito.

Anónimo dijo...

jjaja vladimir vasiliev, el que rescato el systema con mikjail riabko