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jueves, agosto 23, 2007

El asesinato de una flor, segunda parte

En una enrevesada vuelta del destino, había sido contratado para asesinar a Marguerite. Y allí estábamos, frente a frente. Ella sabía nada de mí y yo sabía casi todo de ella. ¡Oh!, las vueltas de la vida.

"¿Te acuerdas de mí?", le dije.

"¿Liam?", me respondió.

"Te acuerdas de mí".

Ella me inspeccionaba con la mirada, como buscando el engaño.

"Liam ¿eres realmente tú?"

"Sí, ¿por qué, he crecido mucho, engordé?", me pasé una mano por el pelo, aplastándolo, de pronto me sentía más mal peinado que de costumbre.

Ella me sonrío y se acercó un par de pasos hacia mí. "No, no sé, es sólo que estás… diferente", titubeó al escoger esa palabra.

"¿Diferente?"

"Mayor"

"Ah, quieres decir más viejo", sonrió, una sonrisa en serio, no como la de aquella fotografía. “Bueno, ya no tengo 25, tú sabes como son estas cosas, el tiempo pasa, uno envejece.... ¿Estás ocupada?”

"¿Ahora?"

"Sí, ahora"

"No, no mucho..."

"¿Te puedo invitar a tomar algo? ¿A dar una vuelta?", me miró extrañada, tal vez con un poco de miedo. “Es que… no sé, me alegra verte otra vez, quisiera conversar contigo, saber de ti… ¿te parece?”

****

Nos instalamos en un café cercano y pedimos nuestras infusiones de preferencia. Por el ventanal se podía apreciar gran parte de la majestuosidad de la rue de Lille al tiempo que una pequeña de cabellos rubios se asomaba por la ventana y hacía sombra con la mano para espiar dentro del local. No pude evitar sonreír.

Aún cuando la escena me parecía demasiado familiar, como si hubiese ocurrido recientemente, sabía que el tiempo entre el antes y el ahora había sido demasiado. No soy capaz de discernir si sonreía por lo que mis ojos veían o por la ironía del momento y creo que tampoco quiero pensar en eso.

El mesero depositó nuestros brebajes y un pequeño platillo repleto de galletas.

La escena, en su totalidad; con sus centros de mesa, manteles blancos y meseros almidonados, me sabía a chiste repetido, pero no era un gusto amargo, era el dulce sabor de lo conocido, de lo que debería estar reservado para lo que sea que llamemos hogar.

No podía evitar sonreír, de la misma manera que ella no podía evitar contagiarse con mi sonrisa y decidir mirar a cualquier lado menos a mí. Recuerdo haberme preguntado en ese momento si aquello era estar feliz, ser feliz. No, aún no tengo la respuesta.

"Esto es un poco incómodo" me dijo, aún sonriendo.

"¿Un poco?"

"Bastante"

"¿Sólo bastante?"

"No estás ayudando"

"Lo sé... ¿Y? ¿No me vas a preguntar?". Mientras revolvía mi café observé con entretenimiento como sus manos luchaban contra el pequeño envase de endulzante.

"¿Qué? ¿Preguntarte qué?"

"¿Qué ha sido de mi vida? ¿Qué estoy haciendo en París? ¿Por qué hago tantas preguntas? No sé... algo" Se río "A ver, yo te lo abro".

"No recordaba que fueses tan carismático". Puse cara incrédula ante el comentario al tiempo que le devolvía el endulzante abierto.

"Eso dolió Marguerite, eso dolió" Me reí. "Como no vas a preguntar, tendré que hacerlo yo ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Qué has hecho? Veo que sigues casada... no, no me pongas esa cara, no lo digo de una mala manera...".

"Sí, sigo casada, y sí, con el mismo estúpido de siempre. No sé que te puedo contar, es que esta situación me parece tan irreal, de todas las personas que he conocido, ciertamente tú eras la última que esperaba volver a encontrarme en esta vida"

"Gracias, yo también te recordaba con mucha ternura..." Compartimos una suave risa. "... pero aquí estoy, no seas tímida, el tiempo es oro, cuéntame, ¿vives acá ahora?"

"Sí, mi esposo y yo nos vinimos para acá hace un par de años, no soportaba estar lejos de mi familia y justo a Michel le ofrecieron un nuevo puesto en la compañía. Nos vino a ambos como anillo al dedo". Sacó un cigarrillo de una fina cigarrera de plata.

"¿Tienes otro de esos?"

"Claro"

"Dios bendiga a los franceses y sus cigarros". Dije por decir algo.

"Gracias"

"No hay de qué. ¿Sabes?" continué "hay tres cosas que los irlandeses hacen muy bien, beber, maldecir y pelear, en especial las primeras dos, pero ¿fumar?, no, ese es un arte que le dejo sólo a los franceses". Me sonrió.

"¿Y qué ha sido de ti?"

"No mucho, terminé mis estudios y ahora he pasado a engrosar la fila de los desempleados. ¿Tienes hijos?" La pregunta la pilló por sorpresa.

"No ¿por qué preguntas?"

"¿Curiosidad?"

"¿Es tú manera de decirme que me veo vieja?" Cerré los ojos como señal de diversión.

"Emm, ¿no?"

Tuvimos un pequeño momento de silencio. Algo que me gustaría ser capaz de llamar "momento de comunión" sin sonar exagerado.

Mientras estábamos así, sumidos en la quietud, decidí que era hora de dejar de fingir que tenía una vida normal y que me había encontrado con una vieja amiga. Tomé la penúltima galleta del platillo y tragué casi sin masticar.

"¿Sabes? No puedo creer que sigas casada con el mismo tipo"

"Sí... y que lo digas"

"Mmm, te ves molesta ¿qué hizo para molestarte?"

"¿Qué te hace pensar que no eres tú quien me molesta con tantas preguntas?"

"Hace poco me dijeron, de una manera muy sutil, que era carismático. Francamente, no creo que yo sea el problema". Me miró con esos ojos grandes que tiene ella.

"Es un idiota, eso es todo, de hecho estoy planeando en demandarlo y pedir el divorcio que, como bien sabrás, no es cosa fácil para las mujeres acá en Francia"

"Me sorprendería que fuese fácil en cualquier lugar del planeta. Y ¿qué has hecho al respecto? ¿contrataste un buen abogado y un detective privado y todo eso?"

"¿Cómo supiste que...?"

"¡Ja! ¿Tenía razón? Y ¿cómo es tu detective? ¿es bueno? ¿anda por el mundo con una lupa entre los dedos?"

"No, no son como los pintan en las películas. Admito que estaba un poco decepcionada por este aspecto al principio, pero al menos trabaja bien"

"Y ¿cuánto cobra?"

"¿Por qué preguntas, acaso perdiste algo que sólo un aspirante a Hércules Poirot puede encontrar?"

"No, también lo puede encontrar un aspirante a Miss Marple". No sé porqué me sorprendió que sonriera ante mi pequeña referencia al mundo del crimen, ¿sería tal vez porque yo sabía qué iba a pasar y ella no? ¿sería porque para mí, intercambiar el nombre de dos detectives ficticios me sonaba a ironía pura, cuando para ella era sólo una conversación pseudos inteligente, aumentando así la ironía? "Preguntaba porque debe ser lo suficientemente caro como para que tengas que empeñar tus joyas para pagarlo".

"¿Cómo sabes eso?"

"Así es como te encontré hoy... toma". Saqué de mi chaqueta la bolsa de papel y vacié su contenido sobre la mesa. Marguerite titubeó un poco al principio, luego tomó la caja alargada y la abrió. Su cara de asombro bordeaba el anonadamiento, entonces, en ese preciso segundo en el que su corazón dio un brinco de alegría, la duda decidió tomar el control y detrás de ella apareció el miedo y la desconfianza. "No he sido exactamente honesto contigo".

"Me tengo que ir". Se preparó para irse, aferrándose a su cartera con aprensión.

"No", la tomé de la mano antes que tuviera la oportunidad de ponerse de pie.

Me miró asustada, con lágrimas comenzando a desbordar de sus ojos, echando a perder su perfecto maquillaje. Luego lanzó una mirada desesperada de socorro hacia los meseros.

»"No hagas eso, no queremos llamar la atención. Además, qué crees que va a suceder si llamas a alguien, sólo somos dos amantes en un café de Paris, en donde tu me pides que deje a mi esposa y yo te respondo que no puedo".

Su aspecto desesperado alcanzó un nivel completamente nuevo de terror.

»"Lo lamento, no quería asustarte. Vamos, no tiene que ser así. Puedes darle un enfoque más lógico –racional, si se quiere-, a este asunto y aceptar estoicamente tu destino. Toma un poco de agua, respira, respira, vamos, yo sé que tú puedes. Necesito que escuches atentamente lo que tengo que decir".

"¿Quién eres? No te reconozco..."

"OK, Marguerite, no quiero sonar engreído, pero ¿qué tanto me conocías en primer lugar? No, no, vamos no llores. En verdad necesito que te calmes, lo que tengo que decir es realmente importante". Me lanzó una mirada que no supe interpretar y bebió un poco de agua, luego dejó de sollozar y con cierta resignación bajó la cabeza, lista para ponerme atención. "Gracias, en primer lugar lamento mucho haberte asustado y haberte hecho llorar, verás, todo esto tendrá sentido muy pronto.

»Lo que he venido a decirte es que estás en peligro, grave peligro. Tú esposo, bueno él... ha contratado a unos matones de mala muerte para asesinarte” Hizo el amago de preguntarme algo. “No, no importa cómo lo sé, lo que importa es que así es y yo estoy aquí para ayudarte... por una módica suma de dinero, por supuesto".

****

"Ok, entonces, déjame ver si entiendo bien, le dijiste que la iban a matar...", asentí, "luego le dijiste que la ibas a ayudar a cambio de dinero y finalmente te comprometiste a salvarla de los chicos malos, siempre y cuando ella no le dijera a nadie." Asentí doble, una vez por cada afirmación. "Ajá, estoy confundido"

"¿Por qué?"

"Tú te das cuenta de que los chicos malos somos nosotros ¿verdad?"

"Sí"

"Estoy aún más confundido.... A ver, estoy de acuerdo con que nuestro trabajo no es lo más legítimo dentro de las innumerables ofertas laborales que hay hoy en día, pero ¿no crees que es demasiado obtener dinero incluso del condenado a muerte?"

"Sí, sobre eso mismo quería hablar... no vamos a matarla"

"Y la confusión aumenta exponencialmente... ¿vamos a matar al esposo?"

"No"

"El contrato ha sido cancelado y vamos a hacerla creer que la vamos a matar para obtener el dinero..."

"Astuto, pero no"

"Entonces ¿qué demonios vamos a hacer?"

"Aquí es cuando la magia comienza". Saqué de mi chaqueta una cinta VHS y se la tiré a Daniel, mi experto en computación. "Revísala. El café al que fuimos hoy tenía tres cámaras de seguridad, una en la entrada, otra en la puerta trasera y una última en la sección dónde nos sentamos con Marguerite. Quiero que la revises y me digas qué ves"

"Pero..."

"Pero nada, revísala y dime qué ves, si fueses un espectador que no tiene idea de qué está sucediendo exactamente, dime qué verías"

Dejó salir un suspiro de frustración y metió la cinta al reproductor. Tomé el control remoto y puse la TV en silencio. El ángulo de la toma iba desde mi espalda hacia Marguerite, una toma amplia de todo el salón. Todo mi equipo observó atento los veintitantos minutos que duraba la cinta y al acabar ésta se quedaron mirando las caras. El primero en hablar fue Santos.

"Bueno, pareciese cómo si ‘alguien’ le hubiese dicho algo a una chica, algo que ella no quería escuchar."

"Lo sé, ¿no es genial?" Dije, hinchado de satisfacción. Cozetti y Daniel me miraron sin estar muy seguros de qué demonios estaba hablando. "Jack, necesito que alteres el audio y que sólo se puedan escuchar ciertas palabras, algo dentro de estas líneas." Le entregué un papel con los diálogos que necesitaba. Jack me miró con poca convicción y puso manos a la obra. "Santos, Cozetti, ustedes están encargados de reemplazar la cinta original por la que Jack está arreglando ¿entendido?"

Y sin más órdenes que dar, sin siquiera esperar una palabra de confirmación, salí a tomar un poco de aire fresco al balcón. Estábamos alojados en un hotel en el centro de la ciudad, con piezas contiguas y cercanas a una salida de emergencia, un lugar perfecto para llevar un centro de logística y operaciones. Entonces, desde dentro escuché la voz del Español que me interrogaba sobre lo que yo iba a hacer.

"Voy a planear el asesinato de una flor", le respondí, mientras sacaba un cigarro y lo prendía con aire pensativo.

Continuará...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

wooo!!! va muy bacán esta crónica!!!!

me gustó eso al final de "voy a planear el asesinato de una flor..." es muy "continuará..." jajaja está genial. espero que tengas un final bueno, porque éste capítulo va muy bien como para desperdiciarlo con un final mula... en todo caso, no sé que reclamo pues todavía no conozco una historia o cronica tuya con final malo... XD!

la verdad no me imagino cual será el plan de Korsakov...

va buenísima.

Keep on writing

See ya

Lothar_Daisuke

Narkito dijo...

Gracias *lágrima*

La verdad es que yo tampoco estoy muy segura de qué va a hacer Sergei, tengo tantas ideas que no sé cuál escribir!!!

Muchas gracias por tu comentario, trataré de no defraudarte.

Cariños,
Narkito

Lothar_Daisuke dijo...

narkito... que pasó?? hace tiempo ya que planificaste la tercera parte de qüesta historia y todavía no pasa nada! yo sé que la trama tiene que estar por ahí perdida dentro de esa cabeza. nos tienes esperando desde hace ya bastante rato! yo quiero leer korsakov!!!!

>.<

tan lento vas, que ya te alcancé con los 15 capitulos!! ajajajjaja. hoy subí el chap. 15 (12d). espero que te guste.

mañana te llamo para que vayamos un rato a musseti o a vagabundear por ahí, vale?

See ya

Lothar_Daisuke.